La fibra capilar nunca conserva su estructura y calidad original, porque el cabello se daña día a día bajo la acción de las agresiones ambientales y químicas. Para reparar el cabello muchas veces es imprescindible una visita a la peluquería, más allá del cuidado diario para nutrirlo e hidratarlo.
¿Por qué y cuándo cortar el cabello dañado?
Las puntas secas, el cabello quebradizo y partido señalan el momento de cortarlo. Una rutina capilar con productos adecuados no siempre es suficiente para hacer desaparecer todas estas manifestaciones antiestéticas y difíciles, por no decir imposibles. En el caso de las puntas abiertas, por ejemplo, el tallo del cabello ya no se puede volver a pegar. Las puntas secas se pueden tratar, sin embargo, dependiendo de la intensidad de la deshidratación.
Nutrir el cabello: acciones esenciales
El cabello dañado queda seco y rebelde. Hay que nutrirlos con tratamientos ricos, entre ellos mascarillas con aceites vegetales. Los productos deben combinar dos acciones principales: lubricante e hidratante. El sérum capilar sin aclarado, más concentrado que un champú o acondicionador, permite obtener los resultados esperados más rápidamente. Sobre todo, este tratamiento ayuda a peinar tu cabello más fácilmente a la vez que estimula su crecimiento después del corte.
Un baño de aceites vegetales repara la fibra capilar dañada, pero también nutre en profundidad el cuero cabelludo. De hecho, la capa cutánea debe mantener su capacidad de drenar las impurezas que asfixian el cabello desde la raíz. El baño de aceite está incluido en el tratamiento detox capilar para eliminar toxinas, normalizar la circulación sanguínea y limpiar el folículo piloso. Los aceites vegetales como aceite de coco Debe aplicarse antes del paso del champú para aumentar el brillo y la suavidad del cabello.
¿Cómo evitar dañar el cabello?
Una rutina capilar agresiva daña el cabello. Debemos limitar o incluso abandonar los hábitos excesivamente químicos. Una decoloración o coloración demasiado frecuente, una exposición prolongada al sol sin protección y el uso de dispositivos térmicos de peinado demasiado cerca destruirán la salud del cabello en un momento u otro.
Desenredar es un paso que muchas veces se descuida, cepillándose el cabello muchas veces con demasiada intensidad. Para evitar nudos y cabello áspero, utiliza productos suaves, hidratantes, desenredantes y nutritivos. La mascarilla es otro elemento imprescindible de una rutina capilar bien hecha. Este tratamiento es imprescindible, pero existe el producto ideal para cada tipo de cabello. Algunas mascarillas nutrirán la estructura interna de la fibra capilar, mientras que otras devolverán el volumen al cabello, purificarán el cuero cabelludo o lucharán contra el cabello apagado.
Los alimentos son una mina de oro para mantener el cabello sano durante todo el año, a pesar del clima cambiante. Los alimentos ricos en Omega 3 contienen, por ejemplo, proteínas, hierro y vitamina B que previenen la sequedad. Estos nutrientes se encuentran en grandes cantidades en el salmón. El cabello quebradizo necesita fortalecerse con zinc y vitamina B8 que se encuentran en los huevos, el aceite de oliva y las almendras.