La piel suave queda clara y libre de imperfecciones. Por tanto, es necesario adoptar las acciones adecuadas y los productos adecuados para tonificar la epidermis y ayudarla a afrontar las agresiones externas.
Desmaquillado: imprescindible
La piel perfecta se limpia metódicamente todos los días, por la mañana y por la noche. Si no se eliminan las impurezas, la piel se siente áspera y opaca al despertar. El desmaquillado no sólo permite realizar una limpieza profunda para eliminar todo rastro de residuos de productos cosméticos en el rostro, sino que también es un paso imprescindible aunque no uses maquillaje. En este paso único reservado al bienestar y al confort de tu piel, las acciones son tan importantes como los productos utilizados. Aceite, leche, loción térmica o una receta cosmética casera, es importante hacer tu elección según tu tipo de piel. Las pieles mixtas y grasas, por ejemplo, se limpian perfectamente en profundidad con un gel desmaquillante, pero no olvides aclarar bien el rostro con agua tibia tras la aplicación.
Hidrata e hidrata tu piel
Proteger la función barrera de la piel es el objetivo primordial de una buena hidratación. Sin duda, los cuidados mecánicos representan una gran ventaja para mantener una epidermis suave, pero también es necesario hidratarse desde el interior bebiendo lo suficiente a lo largo del día. El mínimo requerido es 1,5 litros por día dependiendo del nivel de actividad física y el tamaño corporal. Este es un reflejo a tomar para mantener una tez luminosa, optimizar la renovación de la película hidrolipídica y contrarrestar la aparición de arrugas temprano.
Exfoliación: ¿cómo hacerla bien?
La exfoliación regular activa la circulación sanguínea, pero también elimina la acumulación de piel muerta y vellos encarnados. Sin embargo, esta acción no debería dañar la piel. La exfoliación debe realizarse una o dos veces por semana con un producto de cuidado no abrasivo compuesto por microperlas. Antes de aplicar el producto -mediante suaves masajes circulares- es importante humedecer la piel. La exfoliación también permite que la epidermis absorba los tratamientos más fácilmente.
Come bien para nutrir la piel.
El estado de la piel suele manifestar desequilibrios internos, incluida una mala alimentación. El contenido del plato es importante ya que los nutrientes ayudan a reafirmar los tejidos de la piel y proporcionar una mejor oxigenación celular. Se puede lograr una hidratación más profunda de la piel comiendo frutas y verduras todos los días, fuentes de enzimas vivas que son buenas para la piel. Las proteínas también son importantes para abastecerse de ácidos grasos esenciales.
El pescado, las aves y las legumbres son una buena fuente. Las grasas buenas que mantienen la producción normal de sebo se encuentran en los aceites vegetales vírgenes, como el aceite de oliva o el de aguacate. Sin embargo, como todas las sustancias grasas, los aceites vegetales deben consumirse con moderación, sabiendo que una cucharada aporta unas 90 Kcal. Una dieta saludable también está libre de productos procesados, azúcar refinada que desencadena el envejecimiento celular prematuro y carnes rojas de mala calidad.