Un ambiente confortable es esencial para un sueño saludable. Lo ideal es mantener la temperatura de tu habitación en 20 grados, más o menos unos grados.
La temperatura corporal disminuye durante el sueño y una habitación fresca, pero no fría, le ayudará a dormir tranquilo.
Es posible que los bebés necesiten una temperatura ambiente un poco más cálida para dormir, pero usted querrá evitar subir el termómetro más de unos pocos grados para que sus pequeños cuerpos no se sobrecalienten.
Lo que dice la ciencia
Hay razones científicas por las que una temperatura ambiente de unos 19°C es óptima para dormir bien por la noche. Esto tiene que ver con la regulación de la temperatura interna de su cuerpo.
La temperatura interna de su cuerpo cambia durante un período de 24 horas. Esto se llama ritmo circadiano. Tu cuerpo comienza a perder calor alrededor de la hora de acostarte y continúa enfriándose hasta alcanzar su punto más bajo al amanecer, alrededor de las 5 a.m.
Su cuerpo se enfría dilatando los vasos sanguíneos de su piel. Cuando su temperatura comienza a bajar por la noche, puede notar que sus manos y pies se calientan al principio. Esto se debe a que su cuerpo deja escapar el calor para reducir la temperatura corporal.
Si la temperatura de su entorno para dormir es demasiado alta o demasiado fría, puede afectar la caída de la temperatura interna de su cuerpo e interrumpir su sueño.
Según varios estudios, la temperatura de la habitación donde duermes es uno de los factores más determinantes en la calidad de tu sueño.
Varias encuestas han descubierto que la mayoría de las personas tienen hábitos de sueño anormales durante los meses más calurosos del verano, cuando puede resultar más difícil mantener los dormitorios a una temperatura óptima. Esto puede afectar la capacidad del cuerpo para refrescarse durante la noche.
Demasiado calor o demasiado frío
Las temperaturas fuera de las condiciones cómodas para dormir pueden afectar su sueño general de diferentes maneras.
Temperatura demasiado alta
Puede notar que tiene un sueño inquieto cuando la temperatura ambiente es más alta que la temperatura óptima para dormir.
La humedad, además del calor, también puede contribuir a los problemas de sueño.
La temperatura no es lo suficientemente alta
El clima frío generalmente no afecta su ciclo de sueño, pero puede hacer que sea más difícil conciliar el sueño y afectar otros aspectos de su salud. Si tiene demasiado frío mientras duerme, su cuerpo puede cambiar la respuesta de su corazón.
¿Es diferente para los bebés?
No es necesario crear un entorno de sueño muy diferente para los bebés. Se podría considerar aumentar la temperatura uno o dos grados, pero deberían estar bien en una habitación entre 15,6 y 20 °C, siempre que estén vestidos adecuadamente. Para una precisión óptima, equípese con un termómetro para la habitación del bebé.
Sin embargo, evite sobrecalentar la habitación donde duerme un bebé, ya que esto puede aumentar el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante.
Debe hacer que su hijo duerma en una cama sencilla y transpirable y en un saco de dormir. Los sacos de dormir pueden estar hechos de materiales más cálidos o más fríos y puedes cambiarlos según la temporada. Además, su hijo no debe tener nada en la cabeza, ya que esto afecta la temperatura interna del cuerpo y puede impedir que se enfríe.
Puede asegurarse de que su bebé no tenga demasiado calor tocándole la nuca o el estómago mientras duerme. Si su piel está caliente o sudorosa, quítele una capa de ropa.
Por último, es fundamental que tu bebé duerma en un ambiente oscuro y tranquilo para favorecer un sueño saludable.