Poda para optimizar la producción de frutos.

Para poder cosechar buenos y abundantes frutos de un árbol, a veces es necesario darle un poco de ayuda. Es necesario preparar adecuadamente el árbol para la fructificación, para reunir todas las condiciones para una buena producción a un ritmo regular. La optimización de la fructificación ocurre desde la juventud del árbol, continúa durante su período de producción y continúa incluso cuando comienza a agotarse. Por tanto, la poda de fructificación es fundamental para orientar y sostener el árbol para que proporcione frutos de buen sabor, en grandes cantidades y durante el mayor tiempo posible. Veamos en este artículo en qué consiste este tipo de poda, y qué técnicas aplicar.

Las ventajas de realizar podas de fructificación.

llama a un podador para realizar un poda de fructificación significa poner todas las posibilidades a favor del árbol para optimizar la producción de frutos. Esta forma de poda consiste en entrenar al árbol para que crezca bien, produzca y sustente una buena cantidad de buenos frutos, mediante podas en lugares específicos.

Independientemente del tipo de árbol frutal, la poda de fructificación optimiza la capacidad de fructificación del árbol, seleccionando los lugares adecuados en las ramas adecuadas donde los frutos pueden comenzar a brotar. Y para optimizar la calidad de los frutos, las operaciones apuntan a airear y limpiar el árbol para permitir la penetración de los rayos del sol y del aire para una buena maduración.

Además, puedes llama a un profesional para mejorar y aumentar el ciclo de producción del árbol, pero también para estimular a los árboles adultos a continuar el ritmo de fructificación.

Técnicas de poda de fructificación.

La poda de fructificación se realiza desde que el árbol es muy joven y se realiza en varias etapas. Durante los primeros tres años posteriores al primer trasplante, los cortes tienen como objetivo definir su tamaño, altura y postura. De esta forma se esculpe el árbol para que tenga un buen equilibrio de sus ramas principales con el fin de mejorar su resistencia al peso de futuros frutos. Luego, en el cuarto año se continúa con la poda de fructificación, quitando al árbol las ramas muertas o enfermas, así como las que son inútiles, demasiado bajas, entrecruzadas o apuntando hacia adentro. Luego, con la poda se mejora la circulación de la savia tras la reducción del espacio entre las yemas y la rama principal.

Podemos distinguir varios tipos de tamaño de fructificación que se pueden aplicar dependiendo del tipo de árbol, como por ejemplo:

  • la poda del trigema se puede aplicar a frutales de pepita como los manzanos y consiste en retener las tres primeras yemas de cada rama;
  • allá poda de crochet para arboles frutales de hueso como el albaricoquero que implica la renovación de las ramas fructíferas;
  • la talla en verde o “pellizcos” para corregir tallas anteriores.

Las operaciones de corta se pueden realizar en diferentes estaciones del año, pero evitando periodos de subida de savia, y periodos de heladas o ola de calor. Sin embargo, como cada tipo de árbol puede tener sus propios momentos adecuados para la poda, es importante llame a un podador experimentado como el de este sitio: https://www.jardinier-paysagiste-45.fr/ para definirlos y luego realizar el trabajo.

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